Las personas mayores de 25 años, sin título secundario, podrán ingresar a la Universidad Nacional de La Pampa. Sí deben poseer nivel primario completo y, además; tendrán que aprobar las evaluaciones de aptitudes y conocimientos generales.

La noticia fue difundida ayer por la casa mayor de estudios. Mediante la resolución del Consejo Superior, se decidió aprobar el reglamento de ingreso a la UNLPam para personas mayores de 25 años sin título secundario.

Las personas aspirantes deben poseer nivel primario completo y tendrán que participar en las actividades que propone la Secretaría Académica, que «será responsable del desarrollo de las actividades, la ponderación y evaluación de aptitudes, conocimientos generales, trayectorias vitales, formativas y laborales».

Para ello, articulará con un equipo integrado con referentes del Departamento de Demanda Universitaria, el Area de Educación a Distancia, el Programa Tutoría de Pares para Ingresantes, el Sapsi, y una persona referente por cada Unidad Académica, designada por el Consejo Directivo respectivo.

Con este nuevo reglamento se propone «acompañar el proceso de quienes aspiran a ingresar a la UNLPam creando dispositivos que promuevan mejores condiciones de ingreso y permanencia».

«El ingreso a la universidad supone un proceso complejo de acceso a una cultura institucional alejada de la realidad cotidiana del estudiantado ingresante en general, y de esta población estudiantil en particular, que no implica la progresión de un nivel educativo a otro», indicaron. «Se estima necesario atender a las problemáticas generales que atraviesan el proceso de incorporación a la vida universitaria de aspirantes que, en su mayoría, se encuentran alejados de situaciones de estudio desde hace mucho tiempo», agregaron.

«Asumir la profunda brecha que, en muchos casos, separa a esos estudiantes de las exigencias generales propias del contexto académico, implica multiplicar las instancias no sólo de trabajo personal sino también de socialización y adhesión a una identidad colectiva estudiantil, favoreciendo la adaptación a los códigos -a menudo implícitos- de la enseñanza superior», concluyeron. (La Arena)