El congelamiento en los valores de nafta y gasoil que, hasta el 31 de octubre, el Ministerio de Economía acordó a las empresas petroleras comenzó a impactar en el abastecimiento, especialmente en las provincias, debido a las múltiples brechas de precios existentes por las distorsiones que generan las intervenciones del Estado.
El pasado sábado, dos importantes diarios del interior titularon al respecto. “Se agrava la falta de combustibles en estaciones de servicio de la ciudad”, publicó La Capital, el principal diario de Mar del Plata. En tanto que su homólogo de Mendoza, Los Andes, consignó: “Se agrava el faltante de combustible: a la escasez de gasoil se suma la nafta”.
El ministro de Economía y candidato presidencial del oficialismo, Sergio Massa, acordó fijar los precios con las empresas refinadoras: YPF, Shell, Axion y Puma Energy. Pero en la práctica, las últimas 3, que no tienen al Estado como accionista, aplicaron al menos dos subas, de 2,5% cada, una en estaciones de servicio específicas, según dijeron fuentes de la actividad petrolera citadas por el diario La Nación.
Bajísimo
Sucede que el precio actual del litro de nafta súper está en su valor más bajo de la última década. Cuesta, en promedio 70, centavos de dólar ($240) al tipo de cambio oficial en las estaciones de la CABA, cuando su precio histórico siempre rondó 1 dólar ($350).
Los US$0,70 promedio que vale el litro de nafta en la Argentina contrasta con los de los países limítrofes: en Chile, cuesta US$1,5; en Brasil, US$1,17; en Paraguay, US$0,93 y en Uruguay, US$1,94.
La Argentina es productora de petróleo y el mercado doméstico se abastece en su totalidad con la nafta procesada en las refinadoras locales. Pero no sucede lo mismo con el gasoil, donde al menos se debe importar un 15% del combustible que se consume. Y es en este segmento, donde se incluyen el transporte y la maquinaria agrícola e industrial, donde se agravan los problemas.
Mientras que el costo de importar un litro de gasoil es de US$1,98 a la cotización promedio de $790 del contado con liquidación (CCL), en el mercado doméstico se vende a US$0,36 centavos, si se toma en cuenta el mismo tipo de cambio, o a US$0,80, al dólar oficial. En cualquier caso, es un precio mucho más económico que en el resto de los países de la región.
Las petroleras aducen que, debido a las restricciones para acceder a dólares impuestas por el Banco Central (BCRA), deben pagar las importaciones al CCL, que es la cotización legal utilizada para girar divisas. Además, mientras en la Argentina el barril de petróleo criollo se comercializa a US$56, por la intervención de la Secretaría de Energía a través de YPF, en el mercado internacional no se consigue a menos de US$70. Se trata de una doble brecha de valores que distorsiona el mercado de combustibles.
Tal situación genera, además, una tercera brecha de precios, entre los valores de venta del sector mayorista, donde en forma directa a las petroleras compran los transportistas y las grandes empresas (como las agropecuarias), y el minorista, que integran las estaciones de servicio.
Mayorista. Según fuentes de la actividad petrolera citadas por el diario La Nación, “el precio en el servicio mayorista debería valer X menos 10%, más barato que el mercado minorista. Pero por la intervención del Gobierno cuesta X más 25% o 30%. Esto genera que haya un corrimiento de los clientes mayoristas, que buscan cargar gasoil en las estaciones de servicio, donde el precio está más barato”, explicaron.
Es decir que, si bien no hay una mayor demanda de gasoil, todos los consumidores buscan cargar combustible las estaciones de servicio donde es más barata, lo que genera una distorsión que produce desabastecimiento en esas bocas de expendio. Esto les responde la industria refinadora a los productores agropecuarios, que alertaron que no se consigue gasoil grado 2, utilizado por los camiones y parte de la maquinaria agrícola.
Índices. Otras fuentes de la actividad petrolera que pidieron reserva, le dijeron al diario La Nación que “mientras las naftas y el gasoil aumentaron solo un 57% en el año, el tipo de cambio oficial subió 98%, la inflación acumuló otro 98% y el índice de precios internos al por mayor (IPIM) trepó 87%”.
Por otra parte, en las ciudades fronterizas de la Argentina también hay una mayor demanda de nafta y gasoil debido a que los ciudadanos de esos países cruzan a la Argentina para cargar combustible.
El 18 de agosto pasado, días después de las elecciones PASO, Massa dijo -tras una reunión con las empresas petroleras- que se había avanzado “en un acuerdo que implica que el aumento del 12,5% será el último hasta el 31 de octubre”. A cambio, la secretaria de Energía, Flavia Royón, ofreció que las empresas difieran el pago del 8% de derechos de exportación (retenciones) hasta marzo próximo.
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