Fuertes cambios en la fuerza para asegurar la verticalidad. Los intendentes podrán elegir al jefe policial y definir el plan de seguridad.
El ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, ordenó un profundo cambio en la Policía Bonaerense, al agrupar a las distintas fuerzas que conviven en los distritos bajo un único mando que será elegido por cada intendente, quienes además podrán elaborar su propio plan de seguridad.
La decisión fue publicada este viernes en el boletín informativo del Ministerio, y supone uno de los mayores cambios en la fuerza desde las reformas aplicadas por León Arslanián durante la gobernación de Eduardo Duhalde.
De un plumazo, Berni disolvió las 33 jefaturas departamentales y las 70 jefaturas distritales, que eran los nexos entre las policías locales y la jefatura central. En su reemplazo ordenó la creación de 58 policías departamentales de seguridad, que funcionarán en los 44 distritos de más de 70.000 habitantes que tenían Policía Local y otros 14 que, pese a ser más chicos, no habían adherido a la Comunal. En esa línea, creó la figura del Jefe de Estación de Policía Departamental de Seguridad, cuya jurisdicción territorial se corresponderá con la del municipio.
En tanto, las restantes 77 comunas seguirán funcionando con la Policía de Seguridad Comunal, que no obstante aparecerá empoderada con los cambios.
El corazón de la reforma, más allá de los cambios de denominaciones, radica en la subordinación de todas las fuerzas policiales creadas en los últimos años al mando unificado de las policías departamentales y de seguridad comunal. Esto significa que la Policía Local, el Comando de Patrullas, la Policía de Seguridad Rural y las comisarías de la mujer responderán a una única voz dentro del distrito, más allá de mantener sus estructuras orgánicas internas.
Más poder a los intendentes
Pero uno de los cambios más importantes se da en el terreno político. La nueva reglamentación invita a los intendentes a participar de la organización de la fuerza, mediante un “Convenio de Cooperación para el Fortalecimiento del Sistema Provincial de Seguridad Pública”.
Los intendentes que suscriban a ese documento (que establecerá cómo se repartirán los gastos de la fuerza, pero también su distribución geográfica) tendrán la posibilidad de proponer al jefe de la policía de su distrito, aunque la última palabra seguirá siendo de Berni. Así, podrán poner a un hombre propio a dirigir y controlar a todos los policías que trabajen en su territorio, algo que actualmente, por la dispersión de fuerzas, estaba lejos de suceder.
Además, los intendentes deberán trazar su propio plan de seguridad y participarán de una Mesa de Coordinación Local, que también estará integrada por representantes policiales y de la cartera que conduce Berni, y que definirá los lineamientos de las políticas de prevención en el distrito. Así, con la eliminación de las jefaturas departamentales, la intención del ministro bonaerense fue también quitar interlocutores entre él y los alcaldes, que ahora solo tendrán al jefe de la policía local y al jefe de la Bonaerense en el medio.
Centralización y verticalidad
El objetivo de Berni es lograr una fuerza policial más vertical, evitando la superposición de líneas de mando que existían hasta el momento, debido a la autonomía orgánica de cada una de las fuerzas que actuaban en los distritos.
Además, el ministro suma un fuerte gesto político hacia los intendentes, con quienes no había iniciado la relación de la mejor forma. Es que ahora los jefes comunales tendrán voz y voto en las decisiones, algo que venían reclamando, al alegar que hasta aquí debían sostener económicamente a la fuerza y eran blanco de todos los reclamos de seguridad, pero no participaban en la mesa de decisiones. (DIB)
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