La Red de Manejo de Plagas de Aapresid, junto a especialistas de la FCA-UNR, observaron que ciertos cultivos de servicios atraen insectos benéficos, con implicancias en un manejo más sustentable.
El estudio comparó la diversidad de insectos que atraen distintos cultivos de servicios.
Un productor recorre su lote de vicia, mate en mano. Mientras observa el ir y venir de vaquitas de San Antonio, crisopas y abejas, se pregunta: “¿Y si, además de mejorar el suelo, los cultivos de servicios también ayudaran a controlar plagas?”
Lejos de ser solo una cobertura, los cultivos de servicios (CS) crean hábitats que atraen insectos. Sin embargo, aún se sabe poco sobre su relación con la fauna entomológica y su potencial en el manejo agrícola. Para ahondar en esta cuestión, la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid y la Cátedra de Zoología Agrícola de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR pusieron en marcha un estudio. Su objetivo: caracterizar y comparar la diversidad de insectos, tanto benéficos como plagas, en los CS más usados en la Región Pampeana y evaluar su rol en el manejo sustentable de plagas.
Explorando la biodiversidad: sitios y especies evaluadas
Los muestreos se realizaron en Rafaela, Paraná y Videla, localidades dentro de la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid. Luego, las muestras fueron analizadas y determinadas taxonómicamente por Celina Fernández y Eduardo Punschke, especialistas de la Cátedra de Zoología Agrícola de la FCA-UNR.
El estudio comparó distintos CS — gramíneas (avena, raigrás o centeno), crucíferas (mostacilla o nabo) y leguminosas (vicia) — con lotes en barbecho. Para muestrear los insectos, se emplearon redes entomológicas y trampas pitfall en el suelo. Se evaluó tanto la fauna benéfica como fitófaga, como pulgones, orugas y chinches (que pueden convertirse en plagas si superan ciertos umbrales).
Entre los benéficos, se encuentran enemigos naturales que ayudan a regular poblaciones de plagas. Algunos son depredadores, como vaquitas de San Antonio (Coccinellidae) y crisopas (Chrysopidae), y otros son parasitoides, como microhimenópteros (Braconidae e Ichneumonidae). También se registraron polinizadores clave, como abejas, abejorros y mariposas, esenciales para la producción de semillas, y detritívoros, como bichos bolita y miriápodos, que contribuyen a la descomposición de materia orgánica.
¿Qué CS son los que más favorecen el control biológico?
Los primeros resultados muestran que los CS de leguminosas y crucíferas, como vicia y nabo, albergan una mayor diversidad y riqueza de insectos en comparación con las gramíneas, por supuesto, que los lotes en barbecho. En particular, esta combinación de cultivos favorece la presencia de predadores y parasitoides, lo que sugiere su potencial para mejorar el control biológico de plagas.
Estos hallazgos brindan información clave para los productores que buscan integrar CS en sus rotaciones, no solo por sus beneficios sobre el suelo, sino también por su impacto en la biodiversidad y el manejo de plagas.
Estos son solo los primeros resultados de un estudio que continuará su curso, con el fin de brindar información útil sobre el rol de los CS en la dinámica de las poblaciones de insectos, tanto beneficios como fitófagos, que en exceso, pueden ser un problema. También refuerza la consigna de que la biodiversidad también juega su partido en el campo y puede ser una gran aliada para producir de forma sustentable.
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