El tobogán por el que transitan las proyecciones productivas correspondientes a la campaña de trigo 2022/23 no encuentra freno, a medida que pasan las horas y las lluvias siguen sin aparecer.
Este jueves, dos reportes volvieron a reducir el cálculo de siembra del cereal: el semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y el mensual del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
En el caso de la entidad porteña, volvió a achicar su perspectiva, por tercera ocasión en menos de un mes:
A comienzos de mayo, en A Todo Trigo, ubicó el área en 6,6 millones de hectáreas.
Tres semanas después, redujo la cifra a 6,5 millones.
Siete días más tarde, volvió a achicarla a 6,4 millones.
Ahora, restó otras 100.000 hectáreas, para situar la superficie en 6,3 millones de hectáreas.
En relación al año pasado, significa entonces una pérdida de 400.000 hectáreas o el 6%, que aún puede seguir profundizándose si las precipitaciones permanecen ausentes.
Por regiones
Según el informe, esta reducción se da en Córdoba y en el Noreste Argentino (NEA), zonas que se encuentran próximas a concluir la ventana de siembra.
Puntualmente en Córdoba, que es en los últimos años la segunda provincia productora del país, la Bolsa de Cereales de esa provincia estima una baja interanual del 20%: por primera vez en siete años, la superficie estaría por debajo del millón de hectáreas.
Pero más grave es la situación en el noroeste, donde ya se dio por finalizada la siembra, con una baja del 44% en relación a la campaña pasada.
“En paralelo, sobre el oeste de Santa Fe y norte de Buenos Aires, la falta de humedad continúa demorando la incorporación de lotes a la espera de precipitaciones que mejoren el escenario y permitan destrabar el avance de las labores”, remarca el reporte.
Al respecto, un dato clave adicional es que, a escala nacional, ya implantado el 61,9 % de la superficie proyectada, hay una demora interanual de 9 puntos porcentuales debido a la escasez hídrica.
Y otro factor para tener en cuenta es que muchos de los lotes implantados ya muestran síntomas de estrés: “Los lotes correspondientes a siembras tempranas informan emergencias desuniformes y coloración rojiza en las primeras hojas como consecuencia de las bajas temperaturas y la baja oferta de agua”, indica el Panorama Agrícola Semanal (PAS).
Se acabó el optimismo
Hace un mes, en tanto, el Gobierno nacional era el único “optimista” en relación al trigo: pronosticaba un área de 6,75 millones de hectáreas, la misma que en el ciclo pasado.
El clima le dio un golpe de realidad: en el informe mensual de estimaciones agrícolas publicado este jueves, redujo en 300.000 hectáreas o 4,4% esta proyección, ubicándola ahora en 6,45 millones de hectáreas.
El documento del Ministerio de Agricultura vinculó este ajuste a “la falta de una adecuada humedad en los primeros centímetros del suelo, por la ausencia de lluvias y el efecto de las frecuentes heladas”.
“Esta situación se presenta de manera generalizada en todo el país siendo la región este y sur de la provincia de Buenos Aires la que aún no está tan seriamente afectada”, precisa el reporte, que también hace foco en el retraso de la siembra: estima un avance del 60%, cuando el año pasado para la misma fecha era del 65%.
Por su parte, en su informe semanal para la zona núcleo, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) afirma que hay 500.000 hectáreas pendientes de sembrar, que podrían no concretarse si no llega agua, y que por primera vez en 14 años corre riesgo la implantación en territorio bonaerense. Fuente: InfoCampo
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