Desde el 21 al 27, de acuerdo la Bolsa de Comercio de Rosario, en la provincia de Buenos Aires se produjeron lluvias de más de 30 milímetros en el 40% del territorio, lo cual recompuso los perfiles edáficos, dejando solo un 5% de los suelos en condición de sequía. Hasta este momento, la seca era mucho más generalizada y alcanzaba al 50% de la provincia.

De esta forma, se reacomoda la condición general sobre la parte final de la siembra de los cereales de invierno que, según el panorama agrícola semanal de la Bolsa porteña, se encuentran avanzados en un 98% y 93%, respectivamente.

Así, de ir manteniéndose con regularidad el aporte pluvial sobre la zona triguera más importante del país, la campaña empieza a asemejarse a lo ocurrido en 2020/21, cuando el territorio bonaerense hizo el aporte más grueso a la producción de trigo.

Situación opuesta: La zona núcleo

La Bolsa rosarina hace una doble advertencia: las lluvias continuaron ausentes en las provincias de Córdoba, Santa Fe y en el extremo noreste de Buenos Aires y no habrá cambios relevantes en la oferta hídrica al inicio de agosto.

Bajo estas circunstancias, la siembra del trigo llegó a su fin en la zona núcleo y quedan consolidadas 1,3 millones de hectáreas sembradas, 400.000 hectáreas menos que en el ciclo 2021/22 y no quedó margen de agua disponible en los suelos para la siembra de los ciclos cortos.

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Ahora, la falta de progreso en muchos plantíos de trigo indica que los lotes clasificados como regulares y malos superan las 300.000 hectáreas. “Necesitamos unos 40 milímetros antes del 15 de agosto para que el trigo no comience a perder potencial de rinde”, dicen al sur de Santa Fe.

Por otra parte, se esperaba hacer correcciones de refertilización en muchos trigales que no incorporaron todo el nitrógeno presiembra, sin embargo, será otra operación que se pasará por alto. Desde la entidad de Rosario, sostienen que muchos lotes quedarán con niveles de nutrientes muy por debajo de los del año pasado. Fuente: InfoCampo