El área sembrada con trigo y la tecnología a utilizar este año se están definiendo en estas semanas.
(Por Agrofy News) En el inicio de la campaña 2020/21 de trigo un informe del IREAL de la Fundación Mediterranea destaca que “hay tres cuestiones que generan preocupación entre los productores y por ende, desalientan la inversión en este inicio del ciclo agrícola 2020/21”.
Ellas son, la evolución del clima (riesgo productivo), la carga tributaria y las últimas y crecientes restricciones de acceso al mercado de cambios (riesgo institucional).
Actualmente los índices de humedad en suelo son satisfactorios en algunas zonas productivas, permitiendo el avance de la siembra, pero no en otras, donde el agua en suelo resulta escasa y se está a la espera de alguna lluvia en la ventana de siembra, que de no llegar rápido imposibilitará el cultivo.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la siembra podría alcanzar los 6,8 millones de hectáreas en la nueva campaña: “Estas proyecciones probablemente sean revisadas a la baja en las próximas semanas debido a la desmejora de la condición de los suelos (índice de humedad)”.
También podría caer por un contexto de mayores restricciones de acceso e incertidumbre en materia de provisión de insumos importados básicos: “Consecuencia directa de la política de ‘administración’ de divisas que lleva adelante el Banco Central”.
El relevamiento elaborado por Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre destaca que los productores agrícolas están acostumbrados a operar bajo escenarios de incertidumbre, a tomar decisiones evaluando riesgos y a dimensionar la probabilidad de ocurrencia de posibles situaciones adversas para el negocio.
El riesgo institucional tiene que ver con el cambio en las reglas de juego con las que se encara la campaña: “Una de las reglas que se ha modificado reiteradamente en el país tiene que ver con los impuestos que debe pagar la actividad”
Por ejemplo en el ciclo 2019/2020, la siembra de trigo se realizó con un esquema de Derechos de Exportación consistente en un monto fijo máximo de $4 por dólar exportado, y una tasa equivalente del 9% aproximadamente, mientras que al momento de cosecha y comercialización del grano había ya un nuevo régimen, una tasa fija del 12%.
Dos datos adicionales generan inquietud en los productores y seguramente son evaluados en la decisión de siembra:
– Durante las gestiones Cristina Fernández, la carga de retenciones sobre el trigo promedió el 23% y llegó al 28% en algunos meses
– El déficit fiscal del sector público nacional, por ende la necesidad de fuentes de recursos adicionales, está creciendo en forma acelerada en los últimos meses por efecto de la pandemia
Otra regla de juego que ha sufrido muchos cambios tiene que ver con el mercado cambiario: “Actualmente no es ni único ni libre”.
“El marco regulatorio vinculado a la compra venta de divisas viene sufriendo cambios importantes en lo que va del año, y todos apuntando en la misma dirección, una mayor restricción de acceso a divisas al precio que rige en el mercado oficial”, describen.
Los 3 escenarios posibles
Con todos los factores hasta citados se elaboraron 3 escenarios en materia de producción de trigo 2020/2021 (bajo condiciones climáticas normales durante el desarrollo del cultivo):
– Que la siembra continúe a buen ritmo hasta cubrir 6,8 millones de hectáreas, repitiendo mismo nivel de paquete tecnológico aplicado en la última campaña, lo que podría conducir a un rinde medio de 32 qq/ha, y una producción de 21,8 millones de toneladas país (a), que sería el escenario más favorable y probablemente “optimista” en el contexto actual
– Que en algunas zonas del país no se logre sembrar la superficie prevista inicialmente, combinado además con una baja sensible en la calidad del paquete tecnológico, lo que podría resentir el rinde medio a 28 qq/ha, de manera que la producción ascendería a 17,4 millones de toneladas (b)
– Un tercer escenario, intermedio entre ambos, (c) permitiría obtener una producción de 19,6 millones de toneladas (c).
Considerando los 3 escenarios productivos antes planteados, la campaña 2020/21 podría estar generando un saldo de entre 13,4 y 15,6 millones de toneladas, considerando un uso estable para molienda interna de 6,2 millones de toneladas.
El monto de divisas que permitiría generar este excedente, a precios futuros de Enero’21 (considerando a éste como un precio que podría aproximar al valor promedio de todas ventas externas del ciclo), estaría totalizando entre US$ 2.400 y US$ 3.345 millones.
En perspectiva del último ciclo, las exportaciones de trigo grano podrían presentar una caída de hasta US$ 575 millones (peor escenario, combina caída de área con rindes medios menores) o una suba de US$ 370 millones (mejor escenario, combina aumento de área con rindes medios mayores).
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