En 1933, el director de un periódico de Henderson ejecutó al jefe comunal de Pehuajó. El caso se vinculó a un reclamo de autonomía de la ciudad.
La mayoría de los que a principios del siglo XX llegaron a lo que hoy son las tierras del partido de Hipólito Yrigoyen, al oeste de la provincia de Buenos Aires, eran inmigrantes españoles. Fue en los primeros años del 1900 cuando en un rancho en la estancia “La Porteña” se empezó a trazar el sueño de un pueblo que, sin duda, ganó impulso con las vías del tren.
La empresa Midland, propietaria del ferrocarril transpampeano que unía los puertos de Bahía Blanca y Rosario, terminó de construir en noviembre de 1909 el último tramo de la línea que llegaba hasta Carhué, creando estaciones cada 20 kilómetros. Una de ellas, ubicada en “La Porteña”, recibió el nombre de Frank Henderson, presidente del directorio de la compañía ferroviaria de capital inglés.
A partir de allí, todo fue crecimiento en estas tierras que disfrutaban de su virginidad. Al loteo le siguieron casas, calles, un comercio de ramos generales, sociedades de fomento y hasta un banco, algo que no correspondía ya que las entidades sólo se creaban en localidades cabeceras de partido. Y Henderson pertenecía a Pehuajó. Sin embargo, el impulso de vecinos y estancieros revirtió esto. Pero al banco continuó el pedido de autonomía. Aportaban mucho y exigían independencia.
En ese contexto, El Orden, un periódico regional que salía los sábados, venía siendo en parte la voz de esos reclamos y de la necesidad que Henderson recibiera más fondos. Y su director, Eudosio Chirino Ferreira, llevó ese pedido a una cuestión personal y se ganó las primeras planas de otras publicaciones.
En medio de una década donde las rencillas políticas eran moneda corriente, el 25 de junio de 1933 Chirino Ferreira viajó a Pehuajó a visitar a sus suegros. Era domingo, y para él era una rutina habitual almorzar esos días en la ciudad cabecera del partido, fundada por Dardo Rocha en 1883. Junto a Antonio Morganti, con quien se encontró en la plaza céntrica, Ferreira caminó por calle Mitre hasta la casa de su amigo, que se encontraba frente a la del intendente Santiago Gallo.
De acuerdo a algunas de las versiones de las publicaciones de la época, Gallo, elegido un año antes en las urnas, cruzó primero insultos y después algunos golpes con el director del diario El Orden. Tras escuchar tres explosiones, Morganti, quien ya estaba en el interior de su casa, salió rápidamente y vio a Gallo en el piso y al agresor escapando de la escena. La rápida acción de los médicos en el hospital local no pudo salvar la vida del intendente, quien falleció tras una operación y siete horas de agonía. El disparo en la parte izquierda frontal fue mucho para la humanidad del político del Partido Demócrata Nacional.
Detenido y sucesión
Tras el relato de Morganti, la Policía fue en búsqueda de Ferreira, quien se “escondía” a unos 200 metros del lugar. Estaba dentro del colegio privado mixto Nuestra Señora de Lourdes, propiedad de su suegro, José Gardes, familiar de Charles Romuald Gardes, conocido mundialmente luego como Carlos Gardel. Allí fue detenido por el inspector Quiroga. Le secuestran el revólver, a cuyo tambor le faltaban tres balas.
Un día después, con una ciudad consternada por lo sucedido, la gente salió a la calle para despedir los restos del intendente asesinado. El Concejo Deliberante sesionó para habilitar la línea sucesoria. Asumió el concejal Juan Carlos Aramburu, un reconocido doctor cuyo nombre hoy está estampado en el hospital local. Estuvo en el Ejecutivo hasta febrero de 1934.
Más allá de los motivos del crimen, lo cierto es que Hipólito Yrigoyen siguió adelante con su lucha por la autonomía de Pehuajó. A partir de 1945 se hicieron más orgánicos los pedidos y se creó una comisión integrada por diferentes actores de la sociedad, según recopila el documental “Autonomía de Henderson- La lucha de un pueblo” del investigador Jorge Ledesma.
Sin embargo, el tiempo pasó. Recién, el deseo se hizo realidad en 1960, bajo la gobernación de Oscar Alende. “Somos autónomos”, tituló el diario La Acción, uno de los pilares de esa conquista. Y más de 3 mil personas recibieron al Dr. Saverio Galvani, figura clave en la autonomía, en el andén de aquella estación, levantada por la compañía de Frank Henderson, muchos años atrás. (DIB) FD
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